
Ayer domingo fui la playa.
Estaba hasta la bandera de gente. El mar se parecía a el "charco la coja".
Había toda clase de seres vivos, aparte de la gente.Ya os digo que para poder nadar un ratito sin darle una patada al de al lado o que te aticen a ti un mamporro, me fui un poquito a lo "jondo".Estaba tan tranquila haciendo el muerto y de pronto saltó a mi lado un pez de esos voladores o saltarines, la verdad no le pregunté, solo se que pegó tres brincos por encima de mi y se fué tan pancho...¡¡que susto me llevé , leches!!, que casi hago el muerto de verdad. Y encima las gaviotas que estaban juguetonas y pasaban rozándome la cabeza, que si me descuido se me pone una en tó lo alto,¡¡redios!!. Y es que una no puede ni relajarse un momento, que aquello parecía la peli de Hitchcok, ya me veía corriendo y gritando playa arriba como una posesa mientras la gaviota me picoteaba lo que pillaba, jajajaja.
Ya en la arena, ni os cuento la gente en la orilla haciendo corrillos alrededor del vendedor de pareos, que como bien decía a voz en grito nos acerca "el corte de la ingle" a la playa y todo de marca, oiga, hasta los bikinis a 5 euros,que me imagino que cuando te metas al agua corres el riesgo de que se deshaga y te quedes en bolas, para regocijo de algunos.
Y como quema la joia arena, que vas dando saltitos y a la vez cayéndote un par de lagrimones como puños, porque parece que hayan puesto la hamaca mas lejos y no llegas nunca.
Solo se que vengo cansada, estresada, chamuscada y cabreada. ¡¡Pero que se va a hacer!! los meses de julio y agosto son así, en las playas de mi pueblo.
